La silenciosa rivalidad geoeconómica entre China e India
El pasado 16 de junio, las tropas fronterizas chinas e indias se vieron envueltas en una serie de agresivos enfrentamientos que, desafortunadamente, cobraron la vida de 20 soldados indios y dejaron un número sin confirmar de fallecidos por parte del escuadrón chino. Sin embargo, la escaramuza llamó la atención porque significó el recrudecimiento de un viejo conflicto territorial que libran China e India en el valle de Galwan, ubicado en las faldas del Himalaya a 4,300 metros de altura sobre el nivel del mar y cuya inhóspita geografía sirve frugalmente como frontera entre ambos países.
Para comprender tal enfrentamiento, es necesario considerar que el triángulo nuclear, conformado por Pakistán, China e India converge en la región de Cachemira, superficie que ha sido repartida para formar parte de los territorios de estos tres países, pero las respectivas posesiones, lejos de relajar la tensión regional al satisfacer las aspiraciones territoriales, han provocado profundo malestar entre estos tres vecinos. De tal forma, la desconfianza ha sido el denominador común en la región y ha ocasionado que entren en una vorágine de dimes y diretes forzándolos a desarrollar alianzas temporales no solo entre y contra ellos, sino también con otros países vecinos para equilibrar la balanza del poder regional y desactivar aspiraciones bélicas. De hecho, China e India han comenzado a construir infraestructura para legitimar su dominio territorial cerca de la frontera en disputa, lo que ha complicado llegar a un consenso para obtener una solución real al problema.

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